extinción
junio 8, 2023 § Deja un comentario
Según la mecánica cuántica, cabe la posibilidad de que el universo se extinta en un instante. ¿Qué habría después? —¿qué hubo antes? La pregunta carece de sentido. Pues no hay un antes o un después con respecto al todo. ¿Deberíamos concluir, con Parménides, que el todo es eterno? No, si cabe, precisamente, la posibilidad del colapso cuántico. Pero en el caso de realizarse esta posibilidad, ¿habría la nada? La nada en absoluto es —ni puede ser— en tanto que no habría nadie, ni siquiera un dios, que pudiera dar cuenta. En definitiva, porque la nada no es algo que se haga presente o muestre. La nada tan solo se revela como la más íntima posibilidad del todo. De ahí que el todo sea el no-todo. Hay nada porque hay mundo. Y viceversa. Esto es así porque el todo nace de la nada —de su negación, la cual es interna, por así decirlo, a la nada en tanto que la nada es en su negación de sí. La nada, entonces, ¿estaría por encima de Dios? No, si la nada es el hacerse nada de Dios —o mejor dicho, el hacerse nada que es Dios. El hágase de la Creación va con el séptimo día. Literalmente, Dios no es nada (y por eso mismo, como decíamos, hay mundo). Ahora bien, porque en el fondo, como viera Hegel —y antes, el autor del Génesis—, hablamos del acto por el que la nada es dejada atrás en favor de lo otro de sí —y por el que la nada deviene el fondo de cuanto es—, la nada de Dios es la del aún-nadie, de tal modo que únicamente llegará a ser alguien con el absurdo fiat del nuevo Adán. Y digo absurdo porque ese fiat se pronunció sin Dios mediante. Pero este es otro asunto.
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