hiatos
junio 26, 2023 § Deja un comentario
Decimos: hay Dios. ¿Y no sentimos un hormigueo en el estómago? ¿Cómo es que seguimos tan centrados en nuestros asuntos? Sin embargo, no debería sorprendernos: tampoco nos sobresalta el que sepamos que, tarde o temprano, moriremos. Aún no hemos caído en la cuenta. Que demos a Dios por descontado, aunque hoy en día sea íntimamente, ¿no será, con todo, una suerte? Este descuento ¿no es una de las condiciones de nuestra adaptación? Cada uno monta su parada en el mercado del mundo. Y cualquier irrupción —y Dios irrumpe desmontando las paradas (Jn 2, 13-25)— es, sin duda, un inconveniente. ¿A quién le gusta salir del quicio? El caer en la cuenta tiene su momento, un momento que no acabamos de controlar… aun cuando quepa la predisposición. Es lo que tiene que solo haya verdad en relación con la alteridad.
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