creer como quien siente
julio 5, 2023 § Deja un comentario
Creer como quien siente que hay un Dios que cuida de nosotros —que está de nuestro lado a la manera del ángel de la guarda de nuestra infancia, pero cargado de esteroides— es algo que, si se piensa bien, resulta un tanto extraño. Y es que este sentimento difícilmente podría admitir la existencia del Dios al que apunta. Así, supongamos que efectivamente existiera —que pudiéramos contactar con Él al igual que podemos entrar en contacto con un extraterrestre cuyas capacidades fuesen inconmensurablemente superiores. ¿Acaso ese Dios no quedaría de inmediato incorporado al mundo? Y por eso mismo, ¿no nos convertiríamos automáticamente en sus niños? ¿Quién, entonces, no se resistiría a vivir bajo ese amparo? De ahí que para la creencia que consiste fundamentalmente en el sentimiento de hallarse bajo la continua tutela de DIos sea esencial que no sea posible entrar en contacto. O lo que es lo mismo: que no exista. Su invisibilidad tiene que permanecer eternamente en el aire. Y esto, como decíamos, es muy extraño. Al menos, tanto como la relación que mantenemos con nuestras fantasías: que no podríamos soportar que se realizaran.
De hecho, la decisión cristiana comienza donde llevamos a cabo la voluntad de Dios sin el amparo de Dios. En este sentido, tampoco me atrevería a decir que la esperanza del Hijo fuese, en el momento crucial, un consuelo. Aunque, sin duda, lo fue para los testigos de lo que tuvo lugar tras el tercer día. En cualquier caso, no parece que sea lo mismo dar por sentado que seguimos contando con el apoyo del ángel de la guarda que esperar contra toda expectativa que Dios no abandonará a los suyos. Aun cuando para que esto suceda Dios tenga que ponerle un punto y final al mundo.
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