asimetrías básicas
agosto 4, 2023 § Deja un comentario
Leemos en Ex 40: y en aquellos días Moises hizo lo que el Señor le había ordenado. ¿Cuál es la dificultad? En principio, ninguna. Pero que no la experimentemos acaso sea el síntoma de lo lejos que estamos de comprender. ¿Cómo leerlo, entonces? ¿Podemos comprender lo que se nos pretende decir simplemente leyendo?
Desde la posición del lector de novelas o periódicos, resulta inevitable leer el fragmento como si tratase de dos individuos: uno da órdenes y el otro obedece. Sin embargo, es obvio que Moisés no percibió el mandato de Yavhé como podría haber percibido una orden de su hermano Aaron, pongamos por caso. ¿Es que Moisés oía voces, a la manera de un esquizofrénico? No me atrevería a decirlo. Es desde esta obviedad que hay que leer el fragmento —y, por extensión, los textos bíblicos en donde Yavhé se dirige a sus profetas. Basta con situarse dentro de la escena. Pues, de hacerlo, fácilmente caeremos en la cuenta de que quienes obedecen a Yavhé actúan movidos por un imperativo insoslayable: estas mujeres y hombres no pueden vivir como perros. No hay más (o no lo hay, de momento). Y porque no hay más la existencia se encuentra sub iudice. Pues, en el fondo, cada uno debe elegir entre someterse al principio de la bondad o al del mundo. No obstante, difícilmente llegaremos a interiorizar esto último de hallarnos en el super.
Con todo, alguien podría decirnos que el imperativo insoslayable no es más que una reacción emocional… a la que, convencionalmente, le damos una especial importancia. Y quizá estuviera en lo cierto… si no fuera porque su carácter insoslayable se nos impone desde el aún-nadie de Dios, acaso lo más real. Y es que nuestro hallarnos expuestos a la radical trascendencia de Dios —una trascendencia que anda rozando la nada— va con el deber de responder a la lamentación de quienes soportan su peso. Al menos, porque en la cima de los Gólgotas de la historia —ante un silencio y una oscuridad impenetrables— es lo único presente. Y en este hic et nunc no responder es ya responder.
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