leyendo a Kierkegaard

agosto 26, 2023 § Deja un comentario

Decía Kierkegaard que hagas lo que hagas te equivocas. Y esto es así. Con el error, hemos de contar. O por decirlo en plata, la imperfección —la rugosidad, la tara— va del brazo. Claro que aquí, como en casi todo, hay medidas. Y esto también importa. De ahí que el discernimiento sea también inevitable. En cualquier caso, lejos estamos de aquellos que creen que es posible, si hacemos lo debido, llevar a cabo una vida inmaculada, conforme al ideal. No hay padres perfectos. Como tampoco, hijos perfectos. Por suerte. Al menos, porque la perfección no es amable. Esto es, digna de ser amada.

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