mesianismo
septiembre 11, 2023 § 1 comentario
No puede entenderse el cristianismo si no es a partir del judaísmo. Digo esto porque los intentos de actualizar el credo cristiano recurriendo a categorías propias de las religiones orientales terminan confundiendo las churras con las merinas. Esto es, diciendo una cosa por otra.
Ciertamente, nuestros tiempos sintonizan mejor con dichas religiones. Al menos, porque desde el principio se decantaron por lo abstracto en vez de por el santoral. Nos resulta más fácil suponer que lo último o definitivo es algo así como un océano en el que terminaremos disolviéndonos como muñequitos de sal que un cielo repleto de espectros. Sin embargo, la tradición bíblica nunca reposó sobre aquello en lo que espontáneamente podemos creer. En realidad, implica su crisis.
Y es que la experiencia de Dios de Israel, sobre todo tras el exilio, no se deja articular por las categorías del presente. La invisibilidad de Dios no es la propia de lo que esta velado por las apariencias. Como si bastase correr el velo para ver lo que hay detrás. De hecho, la revelación, a diferencia del desvelamiento, es un volver a velar. Pues la revelación supone caer en la cuenta de que la invisibilidad de Dios es la de un Dios por-venir —de aquel Dios, el único en verdad, que, en sí mismo, tiene pendiente, precisamente, ser alguien. De ahí que en un momento dado Israel no pudiera concebir su experiencia de Dios si no era en relación con su representante, el mesías. No hay presencia de Dios, al margen de aquel que ocupa su lugar. Por eso me resulta más profunda la convicción de que lo que decide nuestra relación con Dios es la fe en la fe del mesías que la idea, en el fondo más racional de lo que parece, de que de lo que se trata es de conectarse a algo así como un fondo nutricio. O a la nada.
interessant!!!