la cosa de la educación

septiembre 15, 2023 § Deja un comentario

En educación se suele hablar de la necesidad de integrar a quien, de entrada, está fuera del juego que se juega en las aulas. Que nadie se quede atrás. Y esto está bien. O más que bien. La pregunta, sin embargo, es cómo hacerlo. Y aquí —diría— caben dos tácticas. La primera es la que podríamos denominar maternal. Hablamos de ir a recoger al alumno ahí donde ha sido abandonado: que note que el maestro está por él; que quiere que salga del pozo. Y creo que este modo de proceder funciona, sobre todo, en grupos reducidos y para aquellos que se encuentran sepultados por su debilidad, en definitiva, por la convicción, vivida a flor de piel, de que no van a poder. Sin embargo, me atrevería a decir que no termina de funcionar con aquellos que, creyéndose unos outsiders, desafían el sistema. Son los provocadores. Y haberlos, haylos. En este caso, diría que el procedimiento a seguir tendría que ser más paternal que maternal: aquí venimos a aprender cómo se hacen puentes; por tanto, si no quieres seguir el hilo, estás fuera. El provocador ha de sentir que esta, de hecho, fuera por no tomarse en serio un juego que es serio. Y lo más probable es que se sienta así, siempre y cuando, estando efectivamente obligado a asistir a clase, vea que el grupo sigue como si él no estuviera… pero que, con todo, puede subirse al carro si se pone a ello. Pues le estamos esperando. Porque el grupo siempre gana, es cuestión de que el clima sea, precisamente, el de vamos a hacer las cosas bien —y no el de esto es can pixa. El problema es que el grupo esté formado en su mayoría por provocadores. Pero este es otro asunto.

Deja un comentario

¿Qué es esto?

Actualmente estás leyendo la cosa de la educación en la modificación.

Meta