verdad y milagro

septiembre 19, 2023 § Deja un comentario

La mujer que tienes ante ti es un milagro. Aun cuando se esté hurgando la nariz —aun cuando te resulte desagradable en un momento dado. Y lo es porque surge de la nada. Vamos a traducirlo: porque el horizonte de cuanto cabe ver y tocar es la nada. La rosa es sin porqué, que decía el Silesius. Y aquí quien ofrece una explicación a cambio demuestra no haber entendido de qué va este asunto.

Sin embargo, en el día a día la mujer que tienes ante ti no aparece como tal, sino como cuerpo tratable —o mejor, como el cuerpo con el que debes tratar de un modo u otro. Es obvio que vivimos de espaldas a lo que es en verdad. De algún modo, la verdad —lo que en verdad tiene lugar y no simplemente pasa— se ubica más allá. La superstición acierta al hablarnos de los cielos en donde todo es a salvo del tiempo, definitivamente real. Pues es lo mismo decir de la mujer que tienes ante ti que es un milagro que decir que es una diosa, a saber, en verdad intratable. Quizá no terminemos de comprender la superstición religiosa mientras creamos que dice algo distinto a lo que decíamos antes: que vivimos de espaldas a la verdad. De ahí que con respecto a la verdad no valga el saber, sino tan solo la revelación. Al menos, porque lo sabido es lo que fácilmente damos por descontado —lo que es fácilmente obviado y, por eso mismo, pre-supuesto. El mundo solo es posible en donde la verdad es, precisamente, dejada atrás. Únicamente a través de las figuras de la imaginación podemos recuperar la verdad, aunque no sin malentendidos de por medio. Pero el destino del imaginario en la Modernidad es el de Casandra, la cual, como sabemos, fue condenada a que nadie la creyese cuando dijera la verdad.

Deja un comentario

¿Qué es esto?

Actualmente estás leyendo verdad y milagro en la modificación.

Meta