la nada de un puro haber

octubre 12, 2023 § Deja un comentario

Ante la absoluta oscuridad y silencio —ante la imposición de lo que no aparece, ni puede aparecer—, el sujeto ya no es más sujeto de conocimiento. Ninguna grada en la que situarse. Ningún objeto frente a sí —ninguna objetividad que valga. Tan solo es el expuesto. Deviene lo que fue desde un principio. La oscuridad y el silencio más impenetrables son lo arcaico —y como lo arcaico, lo que tuvimos que olvidar, lo siempre retrasado o dejado atrás. Abrazado por lo absoluto —literalmente, por lo absuelto— hasta casi la asfixia, el hombre deja de ser el separado. Sin embargo, tampoco le embarga la sensación de formar parte. Sencillamente, todo él es temor y temblor. Y, de no sucumbir, también un aguardar la aparición. Al menos, porque desde la nada alguien debe aparecer. Aunque sea un algo. Pues cualquier algo será de alguien al aparecer como milagro, como excepción, en definitiva, como dado. Sin embargo, puede que nada surja de la nada —puede que la promesa, el debe suceder, no se cumpla. Pero, en ese caso, habríamos llegado al infierno.

PS: de lo anterior se desprende que la cuestión de la verdad —de lo que en verdad tiene lugar y no simplemente pasa— no llega a plantearse seriamente donde se formula desde la primacía del sujeto del conocimiento, esto es, donde la epistemología deviene ciencia primera.

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