vida debida

noviembre 4, 2023 § Deja un comentario

No solo la vida como don desde la desaparición de Dios —esto es, no como algo que podamos pensar—, sino también como debida a un Dios que quiso darnos la existencia —y aquí la actitud básica es la de un sentirse agradecido, de un reconocerse a uno mismo como debido a. Hace unos años, Richard Gassis, jesuita en Loyola, me dijo, señalando a un árbol, que Dios había puesto ese árbol para que nos diera sombra. Me impresionó profundamente la naturalidad con la que lo dijo… aun cuando me resistiera a admitirlo. Sin embargo, es así. O mejor dicho, aunque de hecho no sea así —ni pueda serlo—, en verdad lo es. No entendemos el imaginario religioso —la verdad que soporta— mientras sigamos creyendo que se trata de una superstición. Ciertamente, lo es para quien no sepa leerlo. Pero solo a través del imaginario podemos incorporar la verdad. Y quien dice incorporar, dice hacer cuerpo. El amante no se equivoca cuando dice que su amada le ha robado el corazón. En realidad está más cerca de la verdad —de lo que en verdad acontece y no simplemente sucede— que aquel que se limita a poner encima de la mesa la analítica que certifica un chute hormonal. Pues todo acontecimiento es vertical. Probablemente tiramos al niño con el agua sucia una vez quisimos comprendernos como si no fuéramos más que chimpancés solo que un poco más listos.

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