pisa morena, pisa con garbo
diciembre 10, 2023 § 1 comentario
Tras el informe PISA, no hago más que leer a los expertos opinando sobre las posibles soluciones. Es curioso, pero a casi nadie se le ocurre preguntar a quienes están en las trincheras, los profes. Como si estos no tuvieran nada qué decir. Así, se nos ha dicho hasta decir basta que no hay que enseñar a calcular logaritmos, porque esto ya lo hace la calculadora. En todo caso, a utilizarlos. De acuerdo. Pero esto es como si le dijeras a un atleta que pretende competir en los cien metros lisos que no es necesario que haga pesas porque de lo que se trata es de correr muy rápido. La escuela tiene mucho de gimnasia mental. Por no hablar de que va a resultar muy difícil que alguien desarrolle un espíritu mínimamente crítico sin una amplia cultura. Como se dice últimamente, el conocimiento es la competencia.
Otro asunto es cómo se enseña. Y que, ciertamente, no todo profesor es un buen profesor. Ahora bien, en cualquier caso, da la impresión de que las nuevas pedagogías han optado por una cultura de tastaolletes en lugar de un aprendizaje en vertical. Quizá el vuelo de superficie pueda valer en la primaria… pero no en el bachillerato. Ningún alumno podrá poner contra las cuerdas una opinión —desarrollar un espíritu crítico— si no ve cómo lo hace el maestro. Probablemente, nadie aceptará que, puesto que esto de escarbar en los libros ya lo hará la IA, tan solo hay que enseñar cómo utilizarla. Pero uno no puede evitar la impresión de que los tiros pedagógicos van por ahí, aun cuando no haya ninguna mano negra detrás. Al igual que perdimos la fuerza del vikingo cuando las máquinas comenzaron a hacer el trabajo sucio, es posible que cada vez seamos menos inteligentes si dejamos que las labores de inteligencia las haga la web neuronal.
En mi opinión estamos en el concepto de enseñar para la eficacia, entendida esta como preparación segura, útil para encontrar trabajo, para resolver el asunto laboral de cada quien. Progresivamente se está renunciando al engrandecimiento que da el «saber» y las herramientas que el pensar proporciona.
De este modo trasladamos el problema social y/o económico
al buen entrenamiento de los peones del tablero que los ajuste a la adaptación al sistema.