salmo 127
enero 8, 2024 § Deja un comentario
En el salmo 127 podemos leer los siguiente: si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles; si el Señor no guarda la ciudad, en vano vigilan los centinelas. ¿Nos lo creemos? No digo que no podamos decirlo —pues aún cabe suponerlo, aunque sea por nuestra cuenta y riesgo—, sino si podemos proclamarlo con las palabras que nacen del estómago. Pues una cosa es defender una idea —o simplemente tenerla— y otra caer en la cuenta de lo que decimos. Y no caemos en la cuenta mientras el cuerpo no acompañe. Así, sabemos, pongamos por caso, que vamos a morir. Pero no nos limitamos a tomar nota donde el médico nos dice que apenas nos quedan tres meses de vida. En ese momento, caemos en la cuenta. Es como si, de repente, se nos abrieran los ojos… para ver lo que siempre estuvo ahí y, sin embargo, obviamos. El saber se ha hecho cuerpo.
Algo parecido podríamos decir con respecto a la creencia en Dios. Y es que cuando los autores bíblicos insisten en que solo los excluidos son capaces de Dios no dicen otra cosa que esta: que solo ellos pueden incorporar qué significa vivir bajo un Dios cuya trascendencia equivale a su desaparición o eterno porvenir.
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