llegar tarde
febrero 10, 2024 § Deja un comentario
Hacia el final de nuestra vida es posible que nos digamos a nosotros mismos, pongamos por caso, ojalá hubiera viajado más. Esto es, lo que desestimamos, aunque nos resultase enormemente atractivo, se erige con el brillo del ídolo. Sin embargo, de no haberlo desestimado, las cosas hubieran ido más o menos igual. El valor —su aura— es invisible. Y no porque sea una cosa invisible, sino porque solo alcanza el presente como lo que dejamos pasar. Con respecto al valor siempre llegamos demasiado tarde. Perdimos el paraíso.
Sin embargo, perdimos lo que nunca fue. Pues dejamos de ser unos simios una vez caímos en la cuenta del vacío que inunda el mundo.
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