fides y fidelitas

marzo 21, 2024 § Deja un comentario

A los modernos nos resulta difícil comprender que no haya otra libertad que la que se concreta como compromiso incondicional. Que las otras libertades no sean más que simulacros. De hecho, como consumidores —uno es en gran medida lo que hace; y lo que hacemos, principalmente, es consumir— preferimos dejar siempre una puerta abierta. Esto es, preferimos poder cambiar de marca. Ciertamente, para la mayoría de las situaciones, es mejor dejar una puerta abierta que mantenerla cerrada. Sin embargo, en lo que respecta a las opciones fundamentales, por decirlo así, no tengo tan claro que la mejor opción sea, precisamente, saltar con red, en definitiva, ir probando. Sin duda, en cualquier caso es razonable dejar una puerta abierta. Pero no es lo mismo dejarla abierta a un paso que a cien. Y es que si vemos una salida a pocos metros, lo más probable es que, siendo consumidores, salgamos por ahí . Y si salimos por ahí difícilmente llegaremos a distinguir el gusto del querer. ¿El resultado? Malcriados.

De ahí la corrosión del carácter tan propia de nuestros tiempos. Pues, al fin y al cabo, el carácter se forma en relación con una fidelidad —de hecho, aquella que exige lo que nos ha sido dado, y por eso mismo, no está por entero a nuestra disposición. No es causal que, para el creyente —no el que dice creer o cree creer—, Dios sea, en el fondo, insoportable.

Deja un comentario

¿Qué es esto?

Actualmente estás leyendo fides y fidelitas en la modificación.

Meta