por qué el porqué
julio 21, 2024 § Deja un comentario
¿Por qué importa saber si nuestras convicciones morales son algo más que la expresión de un sarpullido emocional? ¿Por qué importa, en definitiva, saber si hay Dios? Espontáneamente, hoy no nos lo parece. Pero, antiguamente la pregunta por la existencia de los dioses se hubiera entendido como si nos estuviéramos preguntando si había jabalís en tal o cual bosque. Desde Hume, estamos predispuestos a admitir que no hay bien ni mal en los hechos, sino en cualquier caso, como dijera posteriormente Nietzsche, una lectura moral de los hechos. ¿A qué se debe, entonces, nuestra inclinación a fijar el Bien en lo natural? ¿Qué hay detrás del esto es así —y no puede ser de otro modo? ¿Acaso la necesidad de saber a qué atenernos? Pero ¿para qué? ¿Quizá para que la resignación tenga un motivo? Es posible. Sin embargo, ¿no será que de lo que se trata, en el fondo, es de poder llevarle la contraria al imperio de lo real —de lograr su modificación? Puede que Nietzsche tuviese razón al sostener que todo es voluntad de poder —que, al fin y al cabo, no podemos soportar no ser un Dios.
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