misa diaria

julio 22, 2024 § Deja un comentario

¿Por qué la gente ya no va a misa? Obvio: porque no les dice nada. ¿Hijo de Dios? ¿Resurrección de los muertos? ¿Juicio final? El cristianismo no atrae. Quizá aún su ethos. Pero poco más. El síntoma es que el cristianismo que aún resulta atractivo es aquel que ha sido traducido a categorías orientales… hasta el punto de que muchos no podrían seguir siendo cristianos —es un decir— sin Buda. Ahora bien, resulta evidente que la traducción, una vez más, tiró al niño con el agua sucia. Gana la Modernidad y sus sospechas.

Pero quizá la pregunta sea ¿por qué van a misa los que aún siguen yendo a misa? ¿Quiénes son —qué tipo de sujeto hay detrás? A grandes trazos, podríamos decir que se trata de aquellos que aceptan el mapa mental de la religión cristiana… sin hacerse demasiadas preguntas. Así, ven cuanto hay desde la perspectiva que proporciona dicho mapa: hay un Dios —un Dios que además nos quiere sin reparos—; Jesús fue enviado para indicarnos el camino de vuelta y que, tras una muerte atroz, subió a los cielos… Etcétera. Por lo común, son los que dan por hecho que Dios no nos abandona nunca, que siempre está ahí, y que podemos dirigirnos a él como el niño se dirige a su amigo invisible.

¿Cuál es el problema? Que el ambiente no admite este mapa mental como verdadero. En el bosque ya no hay duendecillos. En cualquier caso, tenemos que imaginar que los hay… por nuestra cuenta y riesgo. ¿Los bosques? Árboles que talar o, siendo menos salvajes, un motivo para excursionistas. De ahí que el cristiano común antes que creer, crea que cree. Es como aquel que se dice a sí mismo que vivimos rodeados de vampiros pero que, de noche, va sin estaca. Basta con preguntar a cualquier cristiano si acaso no le tiemblan las piernas ante la inminencia del Juicio —esto es, ante su pasar de largo. Si hubiera alguien que aún experimentase temor y temblor ante la realidad de un Dios que cuelga de una cruz —y que por eso mismo, nos sitúa sub iudice— ¿no sería tachado de exagerado, por no decir de enfermo mental? Los pastores del rebaño, ¿no serían los primeros en apartar a quien asusta a sus ovejas con su inquietud por la verdad? Pero ¿es que no fue siempre así? Que el mundo sea plural significa que se han multiplicado los mapas mentales —los imaginarios—… a disposición.

El efecto lateral es que las iglesias se han vaciado de aquellos que aún se hacen preguntas. Y no porque sean unos especulativos, sino porque, frente a la desmesura del ruido y la furia, viven a flor de piel el clamor que el mismo crucificado dirigió a Dios mientras agonizaba en el Gólgota… un Dios que guardó silencio porque quizá la única palabra que pudo pronunciar fue la del fiat del abandonado de Dios. Quienes han incorporado el interrogante que nos deja en estado de suspensión , difícilmente podrán soportar estar en las primeras filas de la sinagoga. Y menos si van recibiendo palmaditas en la espalda. Nada se entiende del cristianismo, si no se parte de este momento crucial. De hecho, para los mapas mentales que nos hacemos, no hacía falta ninguna revelación.

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