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septiembre 28, 2024 § Deja un comentario
Cada uno se construye el mapa mental que más le conviene. Así, el que duerme en la calle puede decirse a sí mismo que en la próxima vida seguro que le irá mejor. O el satisfecho, que cuenta con un ángel de la guarda. Un mapa mental es como una droga.
Sin embargo, ante Dios estamos sin Dios. Y no hay mapa mental que soporte tanto realismo. De ahí que, ante Dios, la pregunta sea y ahora qué. Diría que caben dos respuestas. O bien, que cada palo aguante su vela; o bien, el heme aquí de Abraham— qué quieres que haga. Esto es, o bien nihilismo, o bien, la Ley, el mandato que procede del silencio de Dios… cuyo eco escuchamos en el llanto de los lastimados —y seriamente— porque nacieron en el lado equivocado.
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