lenguaje y política

octubre 29, 2024 § Deja un comentario

El lenguaje siempre fue un instrumento de las medias verdades. En esto consiste, en gran medida, su dimensión política. Pues los mapas mentales que nos orientan necesitan eliminar la ambigüedad en la que se mueve cuanto es. Y así decimos, por ejemplo, esto es injusto o bueno..,. cuando lo cierto es que, aun siendo injusto o bueno, incorporará algunas dosis de su contrario. El debe ser de la moral, en realidad, apunta a un porvenir con respecto al cual solo caben las imágenes más increíbles.

El filósofo, al interrogarse sobre la capacidad del lenguaje para decir lo que es, inevitablemente, se enfrentará a lo común y, en definitiva, a la necesidad política. Así, el Sócrates de turno, al igual que el poeta, estirará el lenguaje hasta quebrarlo. Y aquí quebrar significa caer en la paradoja. Pues ningún habla —ninguna comunidad— puede admitir que, en definitiva ser y nada sean las dos caras de una misma moneda.

Quizá no fuese casual que Sócrates tuviese fama de liante. Sin embargo, es lo que tiene el caer en la cuenta de lo que en verdad tiene lugar y no simplemente pasa: que nos sitúa en un estado de suspensión. Como los descentrados que somos. La primera ingenuidad siempre fue egocéntrica. O lo que es lo mismo, un error existencial.

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