poder y sentido
diciembre 31, 2024 § 3 comentarios
¿Cómo es que tantos jóvenes se sienten atraídos por el yihadismo? ¿Por qué las teorías de la conspiración consiguen tantos adeptos? Sentirse alguien e ir a la contra ¿acaso no serán dos caras de la misma moneda? Si, como viera Nietzsche, no hay más que voluntad de dominio, ¿no deberíamos entender cualquier vínculo como político? Y la política ¿no exige un enemigo? ¿Puede haber vigor una vez se ha disuelto el espíritu de combate?
Quizá no fuese casual que la filosofía naciera en el seno de la democracia. Pues la interrogación socrática, cuya actitud básica es una mezcla de asombro y sospecha, corroe todo mapa mental. El problema de los mapas mentales es que nos fijan en una perspectiva. Y quien dice fijar dice esclavizar: difícilmente logramos ver más allá. Ahora bien, y dado que una perspectiva con sentido es siempre binaria —amigo/enemigo, superior/inferior— no hay modo de evitar el conflicto donde conviven diferentes mapas mentales. Y menos, si hay desigualdad de por medio.
De ahí que los sofistas, al proporcionar los mapas mentales que servían a intereses particulares, fuesen, según Platón, el inevitable cáncer de las democracias. Pues el escepticismo socrático, el cual relativiza, precisamente, cualquier perspectiva, siendo a su vez consciente de que no disponemos de otro recurso para orientarnos en el día a día, nunca tendrá las de ganar. Y sin un escepticismo de fondo, no hay democracia que sobreviva. Pues entre escépticos solo cabe el acuerdo, la negociación, el consenso.
Sin embargo —y este sería el asunto— el escepticismo no proporciona ningún sentido a la existencia. A lo sumo, un esperar lo imposible. Y aquí Israel puede que fuese más perspicaz. Aunque a costa de un enorme sufrimiento.
..entonces hay un conflicto entre libertad de pensamiento y compromisos absolutos de fe
¿puede una herramienta como el escepticismo, que no ofrece un sentido profundo, sostener/sustentar una democracia que, en última instancia, también requiere cierta cohesión en valores compartidos? vs. alabar la «perspicacia» de Israel a un costo alto (el sufrimiento), donde ¿Es posible reconciliar esta visión trascendente con el relativismo que el escepticismo fomenta?
….no sé…..tensión no resuelta entre la necesidad de diálogo democrático y la apuesta por un sentido absoluto en la fe
El liberalismo moderno se asienta sobre la relativización —la devaluación— de las creencias fuertes. En las sociadades liberales, el único bien común es la renuncia, en nombre de la libertad, a la hegemonia de una determinada concepción de la vida buena. La tolerancia liberal fue, como sabemos, la solución europea a las guerras de religión. Las propuestas de sentido, una vez ha sido desactivada su pretensión universal, quedan relegadas al ámbito comunitario. El precio de la libertad moderna fue la escisión existencial entre significado y «consumo». No hay plata sin ganga.
la tensión entre pluralismo y sentido trascendente
El liberalismo ofrece libertad a costa de fragmentar el sentido, pero ¿no es esa escisión la que permite el diálogo sin violencia? Sin embargo, ¿cómo sostener una cohesión social sin valores compartidos fuertes? Quizás el reto no sea renunciar al sentido trascendente, sino encontrar un espacio donde este pueda coexistir con el pluralismo, sin caer en hegemonías ni relativismos extremos que vacíen la vida de propósito.