caer en la cuenta
enero 21, 2025 § Deja un comentario
Diría que no acabamos de, cuando menos, comprender el alcance de la confesión cristiana —la que proclama la humanidad de Dios—, mientras no tengamos presente que los humanos mean y defecan, además de oler mal. ¿Dios buscando unos matorrales porque el vientre aprieta? ¿O apestando a sudor? Que Dios huela a podrido, ¿no es demasiado humillante para un dios? Evidentemente, el crucificado no fue proclamado Hijo de Dios porque mease —y, probablemente, sobre sí mismo durante su ejecución. Pues afirmar que Dios no es más que hombre equivaldría a negar que haya Dios. Sin embargo, una cosa no quita la otra.
Ahora bien, que Dios se hiciera carne tampoco implica que haya en nosotros algo así como un resto de naturaleza divina que tuviera que ser rescatada por un dios. Pues la encarnación , en tanto que esta no consiste simplemente en adoptar nuestro aspecto, impide que podamos seguir refiriéndonos a la naturaleza divina con independencia del cuerpo del abandonado de Dios que se abandonó a Dios. Y, ciertamente, un Dios que depende del hombre que depende de Dios —por decirlo sucintamente— no es un Dios que viva en las alturas por su cuenta y riesgo a la espera del ascenso espiritual del hombre. En el Gólgota, sencillamente, estuvo en juego el ser o no ser de Dios. En definitiva, su haber.
Deja un comentario