Píndaro
marzo 8, 2025 § Deja un comentario
Hay cosas que nunca te han interesado… pero no lo supiste hasta más tarde. Mucho más tarde. Por ejemplo, el éxito. O abrazar sin mirar a los ojos. De ahí la sentencia de Píndaro, aparentemente absurda y que posteriormente adoptó Goethe: llega a ser lo que eres. Pues, mientras tanto, hay que soltar mucho lastre, el de aquellas pretensiones con las que inicialmente te identificaste, pero que nunca te pertenecieron. Al fin y al cabo, se trata de obedecer. Y la obediencia fue siempre una ascesis, un irse desnudando. Como Ulises, que no fue Ulises hasta que no anduvo como un mendigo.
Como dejó escrito la Dickinson: joven de Atenas, sé fiel a ti mismo/ el resto es perjurio. Sin embargo, el ti mismo —la voz más íntima— se encuentra fuera de ti. El problema es que hay demasiadas voces alrededor reclamando nuestra sumisión. No es fácil reconocer a nuestro verdadero padre.
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