Ludwig y Piero

noviembre 13, 2025 § Deja un comentario

A veces, el edificio se derrumba por un simple comentario… lo que suele avergonzar al arquitecto. Durante un tiempo, Ludwig Wittgentein estuvo convencido de que el lenguaje, una vez expurgado sus ambigüedades, reflejaba la estructura lógica de la realidad… como puede hacerlo una maqueta. Esta es, de hecho, la tesis del Tractatus. El economista Piero Schaffra, en una conversación que mantuvieron en Cambridge, se limitó a plantearle la siguiente pregunta: “pero ¿cuál sería la forma lógica de eso?” Wittgenstein, tras el comentario, tiró la toalla. Y si la tiró fue porque aceptó los límites del idealismo implícito de su propuesta. De haber leído a Kant, probablemente su respuesta habría sido que no es posible responder a esta pregunta.

Ciertamente, caben dos posibles respuestas. La primera es, precisamente, de corte kantiano: la forma lógica de la realidad es la que impone el lenguaje; por consiguiente, no hay forma de acceder al en sí al margen de las condiciones de posibilidad del conocimiento. La segunda, en cambio, nos empuja hacia Grecia. En concreto, hacia Platón. Es verdad que, donde el ego cogito deviene principio y fundamento del saber, Kant es el final. Sin embargo, otro gallo nos canta donde partimos del haber: hay el haber. Y aun cuando sea indiscutible que el haber en cuanto tal no se presenta al pensamiento bajo las formas de cuanto posee entidad —ni puede hacerlo—, también lo es que en cierto sentido hay el haber. La cuestión es en qué sentido. Ahora bien, una vez nos hacemos la pregunta, tarde o temprano, llegaremos a la conclusión de que el haber en cuanto tal —lo absoluto o absuelto del mundo— es, pero no existe; que la realización de lo absoluto exige su negación de sí. Hablamos, como es obvio, del sesgo dialéctico de la razón y, por eso mismo, de lo real.

Es posible que Hegel comprendiese mejor a Platón que muchos de sus comentaristas. Donde intentamos comprender el en sí desde el lado del sujeto, este en sí deviene el límite del conocimiento, la ignotum X de la experiencia. Pero donde intentamos comprender el en sí desde su lado, la conclusión será que si hay algo en vez de nada es porque (la) nada permanece… en la negación de sí que le es inherente, lo que, de hecho, nos deja en un estado de suspensión. O, por decirlo de otro modo, expuestos a la irresolución del mundo.

Fascinante.

Deja un comentario

¿Qué es esto?

Actualmente estás leyendo Ludwig y Piero en la modificación.

Meta