Duchamp como principio hermenéutico
marzo 14, 2012 § Deja un comentario
Solo quien sepa que significa originariamente la palabra ‘dios’ puede comprender el escándalo de la Encarnación. Pues quien se situa ante un Dios crucificado es como aquel que contempla una belleza repulsiva. Un pedazo de mierda no puede ser bello en el mismo sentido en que lo es, pongamos por caso, la Gioconda. Un Dios crucificado es, sencillamente, un oximorón.