conectar
febrero 29, 2020 § Deja un comentario
Hay quienes sacan de ti lo mejor que hay en ti. Otros lo peor —y aquí lo peor puede presentarse de color gris. Somos un estado de ánimo. De ahí la importancia de la conexión. Sin embargo, si esto es así —y así lo parece—, entonces somos tremendamente frágiles. No es casual que los antiguos creyeran, como nosotros estamos convencidos de que hay montañas, que vivían atravesados de fuerzas invisibles. El punto de partida de la religión no es otro que este: hay un poder por encima de nuestras cabezas y estamos en sus manos. No es casual que los griegos insistieran, frente a la sensación de impotencia que nos deja un dios, en la necesidad de dejar una huella —una obra, un rastro, un hijo— que dé testimonio de quienes fuimos una vez seamos incapaces de remontar el vuelo.
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