dar por sentado
septiembre 17, 2020 § 2 comentarios
Que ya no podamos creer como antes —y aquí el antes tiene límites imprecisos— es evidente por una sencilla razón: Dios ya no se da por descontado. El creyente, en un momento u otro, tendrá que poner entre paréntesis su dirigirse a Dios como quien no quiere la cosa. Tarde o temprano, debería preguntarse de qué —o mejor dicho, de quién— está hablando cuando habla de Dios. ¿De un fantasma bueno? ¿De uno mismo? Sin embargo, esto de algún modo siempre fue así. La fe nace de la crisis de cuanto suponemos acerca de Dios. Como tal, esta nunca se impuso por defecto. En cualquier caso, lo que se da por defecto es la cosmovisión. Y porque la cosmovisión cristiana ha hecho aguas —porque ya no podemos creer como antes—, se nos da la posibilidad de una fe avant la lettre. Basta con leer con atención los relatos evangélicos. Pues estos nos hablan de lo que tiene lugar —y no simplemente pasa— cuando los cielos se derrumban. Ahora bien, lo que tiene lugar no es algo que podamos dar por descontado. De hecho, es lo imposible, lo que ningún mundo puede admitir como su posibilidad. Evidentemente, lo que tiene lugar o acontece solo puede expresarse por medio de un lenguaje disponible. Y un lenguaje disponible está al servicio de las cosas que pasan. Pero si leemos entre líneas los evangelios, caeremos en la cuenta de que, aunque lo parezca —e incluso se lo pareciese a los primeros cristianos—, nos se nos está hablando de las cosas que pasan. En este sentido, el kerigma cristiano fuerza el lenguaje disponible para obligarle a decir lo que, estrictamente, no puede decir. Al fin y al cabo, la revelación apunta a un Dios literalmente increíble —a un Dios que aún no es nadie sin la fe de un crucificado—. Y esto, sin duda, no deja las cosas de Dios como estaban.
Realment el llenguatge esdevé limitat davant la Creu i segurament ha de ser així. Tot i que en tocar realment -no en la teoria i/o la ideologia- la Creu en el qui pateix se’t desvetlla el sentit i el Misteri, la teofania, tot i que en el límit de la pròpia realitat contingent
Buenos días,
acerca del antes, ¿de quienes hablamos cuando decimos que gracias a la fe de la Iglesia, nosotros creemos?, ¿de los Concilios?, ¿de la gente común y corriente que ha sido tocada por el Espíritu Santo durante todos estos siglos transcurridos desde Jesucristo, de nuestros padres y de los padres de nuestros padres, etc hasta llegar a las primeras comunidades cristianas?. Y ¿qué es lo salvaguardado, la fe como dogma, una manera de ser en el mundo, o ambas por inseparables? Si ya no podemos creer como antes, la cosa está complicada ¿podriamos decir que está en peligro de extinción la Gracia?
La Iglesia dice que los textos Sagrados son inspirados por el Espíritu Santo, ¿no tendrá esto consecuencias en nuestra lectura de lo que acontece en ellos? Llega un momento en que el asombro te deja casi sin aliento porque ese lenguaje apunta a un ámbito desconocido por nosotros. Es algo así como un metalenguaje pero que no apunta a otro lenguaje, sino a, como dice Salvador, acercarte a la cruz.
Un saludo
Iñaki