buenos días
noviembre 5, 2020 § Deja un comentario
Decía Levinas que el rutinario buenos días, antes que una costumbre, expresa una disponibilidad de fondo para con el otro: te deseo la paz. Es esta disponibilidad la que nos permite salir del peso de un puro —y anónimo— il-y-a. Y esto probablemente sea así. Con todo, resulta inevitable hacer de la revelación un hábito. Al fin y al cabo, no podemos permanecer demasiado tiempo en lo verdadero —en lo que tiene lugar y no simplemente sucede. De ahí que una de las acepciones de la palabra religión sea relegere. Pues vivir acaso pase por recuperar —volver a leer— lo que nos fue dado y no supimos conservar.
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