titulitis

noviembre 18, 2021 § Deja un comentario

Como es sabido, los denominados títulos cristológicos —Cristo-Mesías, Salvador, Hijo de Dios…— estaban culturalmente disponibles durante la época en la que se aplicaron a Jesús de Nazaret. Como también lo estaba, la idea de la resurrección de un dios. Memes. La cuestión es qué se deduce de ello. Muchos se sentirán inclinados a decir que su aplicación es una cuestión de sensibilidades. Así, con el título Hijo de Dios, por ejemplo, ocurriría algo parecido a lo que sucede con respecto a la noción general de lo divino, a saber, que lo primero sería el significado común, y luego, dependiendo de cuál sea nuestra opinión al respecto, vendría el referente: unos, los cristianos, creen que es Jesús; otros, el César. Sin embargo, lo cierto es que, en el caso del cristianismo, el referente modifica —y seriamente— el sentido inicial de la expresión. Aplicar el título a quien murió como un maldito de Dios altera, de manera definitiva, qué es Dios. Sencillamente, Dios no puede seguir siendo el que creíamos que era. Como suele decir Larry Hurtado estamos ante una mutación de lo que se entiende por divinidad. Es como decir, en las pasarelas de Milán, que las más bellas no son las que desfilan, sino las leprosas. O quien lo dice nos toma el pelo, a la manera de un émulo de Duchamp, o algo se nos está diciendo —y algo, de entrada, inadmisible— sobre lo que es, en realidad, la belleza.

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