soledades
enero 31, 2022 § Deja un comentario
Ante la muerte —y ante el silencio de Dios—, uno está solo. También ante los hombres, aunque esto último a veces no lo parezca. Quizá porque, a pesar de agradecer la compañía, nunca termina de haber un encuentro que suspenda la cháchara diaria, salvo en los estados de excepción. Como dijera Nietzsche, un carácter se mide por la cantidad de silencio que es capaz de soportar sobre sus espaldas. Lo que no dijo es que el superhombre no es aquel que, tras el cierre de los cielos, se pone a bailar, sino aquel que, colgando de un madero, bendice a su verdugo. Para excesos nietzscheanos, este.
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