la gran objeción
mayo 2, 2022 § Deja un comentario
No hay esperanza para los malditos de Dios que no suponga un confiar en el poder de Dios, un poder capaz de resucitar a los muertos. Aunque sea un poder impotente sin las manos del hombre. Ahora bien, no parece que esto sea muy distinto a poner los dedos en un enchufe (y aquí lo decisivo es que la central eléctrica proporciona la corriente). Sin embargo, lo es. Al menos, porque esta visión del asunto aún resulta demasiado creíble como para que la esperanza apunte a lo imposible.
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