cronos
mayo 12, 2022 § Deja un comentario
La vida es demasiado corta como para saber qué es un dios. Si viviéramos mil años como ahora podemos vivir diez, quizá caeríamos en la cuenta de que incluso una madre puede convertirse en un extraña. Nada resiste la erosión del tiempo. No en vano cronos fue, durante siglos, el dios. Y que solo lo fuera durante siglos —que esta evidencia pasara a considerarse una superstición— confirma su supremacía. Quizá el presupuesto de la Modernidad sea, al fin y al cabo, una impostura. Pues creer que nos hallamos en el centro —que no hay dios— es una ingenuidad. Como quizá tampoco sea casual que el único Dios que estuvo a favor del hombre fuese aquel que, frente al tiempo, prometió una paz eterna. La profundidad del paganismo, sin embargo, es más creíble. Al menos, porque resulta evidente que nada permanece. Ahora bien, hay más realidad —más alteridad— en lo que desapareció que en lo palpable —en lo sepultado que en los estímulos del presente. De ahí que quién se encuentra expuesto a la desmesura de la alteridad no pueda esperar más que la imposible resurrección de los muertos. No hay equilibrio de las fuerzas. O Cronos vence, o vence YWHW.
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