amaos los unos a los otros…

mayo 15, 2022 § Deja un comentario

La lectura de Jn 13: 34-35 suele provocar buenas vibraciones entre los creyentes. Pues ¿quién, en lo más íntimo, no se siente fuertemente inclinado al amor? Sin embargo, estas vibraciones pierden su fuerza inicial —su poder evocador— donde aquel a quien hay que abrazar huele mal, por no decir que escupe sobre nosotros. ¿Abrazar al leproso? Quizá no haya para tanto… Pero el cristianismo es muy consciente de que no hay amor sin sacrificio. Pero ¿quién podrá? No quien decida ponerse las pilas —esto sería pelagianismo—, sino aquel que responde a la acusación del muerto de hambre —una acusación que, sin embargo, se ofrece antes como el perdón de quién ya carece de fuerzas para acusarnos—: ¿dónde estabas? O también: ¿dónde, pues te estaba esperando? Al fin y al cabo, el amor nunca se decidió desde nuestro lado.

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