Jean Paul
junio 22, 2022 § Deja un comentario
Sarte, en su momento, distinguió entre la mujer necesaria y la contingente. Imagino que Simone de Beauvoir hizo de tripas corazón —aunque quizá, en vez de corazón, intelecto. No sé si llegó a decir que a la mujer contingente le dirigimos palabras que seríamos incapaces de pronunciar ante la necesaria, palabras que, al estar cargadas de emoción, nos parecen más verdaderas. Sin embargo, no lo son. Que creamos que somos dueños del significado —que basta con sentirlo para garantizar la referencia— no deja de ser una ingenuidad.
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