el poder
julio 5, 2022 § Deja un comentario
Quien detenta un genuino poder no atiende a razones. Le basta con sus motivos. No me gusta, no vale. Dios tendría que mostrarse, por eso mismo, como un dios antojadizo. De hecho, esta fue la convicción de quienes, en la Antigüedad, aun sabían en qué consistía ejercer como dios. Que la voluntad de YWHW sea de piñón fijo —que, como decían los profetas, no quiera otra cosa que justicia para los pobres— es algo que debió de sonar raro, cuando menos, a oídos antiguos. ¿Cómo podría tratarse de un dios? La gran intuición bíblica es que el poder de Dios —el último poder— es el de la renuncia al poder en bruto, aquel que se realiza arbitrariamente. De ahí que Dios en verdad esté por encima de su poder o, por decirlo en nietzscheano, de la voluntad de dominio. Un Dios que coincidiera con el poder sería en cualquier caso, un dios, pero no Dios.
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