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noviembre 5, 2022 § Deja un comentario
Siempre estaré contigo: esta es la promesa de Dios a Israel. ¿Cómo entenderla? En principio, la tendencia es a creer que siempre nos acompañará un ángel de la guarda cargado de esteroides, algo así como un protector espectral. Pero, si hemos de tomarnos en serio el libro de Job o el Gólgota, no parece que los tiros vayan por ahí. En realidad, donde experimentas la mordida de Dios, lo que siempre te acompaña —lo que no deja de interrumpir la continuidad de los días— es su interpelación: ¿dónde está Abel? Y en ese caso, puede que hubiéramos preferido que Dios no hubiese sellado ningún pacto.
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