Moisés ante Yavhé
mayo 8, 2025 § 1 comentario
Solo en la intimidad somos lo que somos, es decir, nadie. Aún. Como Yavhé ante Moisés. De aquí que la mayoría busque desesperadamente la distracción, ir de un sitio a otro como gallina sin cabeza. A nadie le gusta no ser, en el fondo, el que es: nadie. Sin embargo, esto tiene que ver con lo que preferimos, no con lo que queremos. Y es que, probablemente, lo que quisiéramos es desaparecer, habiendo, eso sí, dejado alguna huella. No en vano somos una réplica, acaso defectuosa, de Dios.
Los catecismos católicos de nuestra infancia decían aquello del género humano «hecho a imagen y semejanza de Dios». La contrapartida de esta afirmación de fe es que la historia de las actuaciones del género humano (y de momento aún principalmente en el planeta Tierra) a veces ponen muy difícil de creer en esta verdad de fe que proviene de raíz bíblica desde el relato de la creación de Adán y Eva.La Biblia por otro lado es un conjunto de libros donde también se registran algunas hazañas de la antigüedad y hasta la época de denominación imperial romana más bien tenebrosas.