entender no es comprender
mayo 18, 2025 § Deja un comentario
Donde partimos, a la hora de dar en el clavo de lo verdadero, de la pregunta por la certeza —donde lo primero es asegurar la correspondencia entre nuestras representaciones mentales de los hechos y los hechos— , lo verdadero inevitablemente será objeto. Y, por eso mismo, lo que se encontrará fuera del mundo —lo inobjetable— ya no será Dios, sino el sujeto del conocimiento, el ego cogito. Esto significa que el sujeto del conocimiento, al devenir absoluto, queda separado del individuo que existe —y existir significa estar en el mundo como arrancado.
Sin embargo, solo quien existe se enfrenta a la nada de un puro haber, a su irreductible alteridad. Para el ego cogito el en sí de la alteridad tot court tan solo puede presentarse como la ignotum X del conocimiento, en modo alguno como autoridad. Quiero decir que el ego cogito es incapaz de vincular la experiencia del don —de la gracia— a la del deber que se desprende de ella. Ahora bien, es incapaz porque, al ocupar el lugar de lo absoluto, no puede comprenderse como aquel que se encuentra en manos de. Y aquí no tengo en mente a ningún ente superior. Pues de haberlo, nuestra dependencia sería meramente circunstancial.
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