de la integridad y la utilidad

mayo 24, 2025 § Deja un comentario

Probablemente, mentiríamos si con la mentira pudiéramos salvar la vida de aquellos inocentes que son perseguidos para colgarlos de un palo. Sin embargo, Kant, como sabemos, diría que no es esto lo que debemos hacer, moralmente hablando. Hay que decir la verdad siempre. Y solo con el único propósito de decir la verdad. De las consecuencias no somos moralmente responsables.

Ahora bien, cuando estas son indiscutibles, ¿podemos sostener que no cabe ninguna responsabilidad? ¿Qué deberíamos hacer, por ejemplo, si hemos capturado a quien colocó un maletín nuclear que está a punto de estallar en el centro de nuestra ciudad? ¿Ir arrancándole las uñas, pongamos por caso, hasta que nos diga dónde está? Mal, sin duda. O terriblemente mal. Pero ¿necesario?

Kant nos diría que este no es un asunto de la moral, sino, más bien, de la política. Y es así. Al fin y al cabo, la cuestión de la política es a qué estamos moralmente obligados hacer donde no es posible mantener las manos limpias. En clave teológica, podríamos añadir que esto es lo que tiene que Dios y mundo no terminen de hacer buenas migas. De ahí que, en el momento de tratar con el mundo, sea inevitable abrir la caja de Pandora. Quienes proponen el buenismo como solución a los males de este mundo, simplemente se lavan las manos a la Pilato. Pues imagínate que eres el único que se encuentra cara a cara con el hombre del maletín, teniendo el poder de dañarlo. ¿Bastaría con que mantuvieras una conversación o, incluso, que le abrazases? ¿Te encogerías de hombros si no consiguieras que confesase? No es posible moralizar el mundo hasta el final. Y para comprender el alcance de esto último hay que captar el doble sentido de este hasta el final.

Deja un comentario

¿Qué es esto?

Actualmente estás leyendo de la integridad y la utilidad en la modificación.

Meta