esos rezos
noviembre 15, 2018 Comentarios desactivados en esos rezos
Quizá se trate de rezar hasta que seamos incapaces de rezar. Pues es entonces cuando podremos invocar honestamente a Dios. Tan solo reza nuestro cuerpo, una vez ha sido doblegado por el silencio de Dios. El creyente tiene que fracasar en su intento de dirigirse a Dios para ser alcanzado por la impotencia de Dios (y de este modo abrazarla). Donde damos por descontado el silencio de Dios, difícilmente lograremos evitar la deriva hacia el ateísmo. Al fin y al cabo, como dice JB Metz, el padrenuestro no deja de ser un pedirle a Dios por Dios.