amar al enemigo
noviembre 30, 2019 § Deja un comentario
Se nos dijo: amarás a tu enemigo. Pero ¿es esto posible? Es obvio que no estamos ante un mandato moral. Debemos ser honestos. Y si no lo fuéramos, se nos puede acusar de deshonestidad. Pero no se nos ocurriría condenar a una madre por no saber perdonar al asesino de su hijo. Estamos ante un mandato, sin duda, excesivo. Pues se nos pide perdonar lo que, humanamente, no podemos perdonar. Un enemigo es, por decirlo así, el que quiere que tus hijos mueran —aquel que, habiéndote secuestrado, te da de comer a tus hijos haciéndote creer que tomas un estofado. Sin embargo, lo imposible ha tenido lugar. El cristianismo parte, no de nuestras suposiciones acerca de Dios, sino del testimonio de quienes han visto más de lo cabe esperar del hombre: el perdón de la víctima a su verdugo. Probablemente, tan solo como muertos en vida —como aquellos que ya no tienen vida por delante— podamos ofrecer es ese perdón. Y en este sentido no es nuestro. Pero tampoco solo de Dios. De ahí que la pregunta sea quién perdona lo imperdonable. Quizá solo lleguemos a entender el credo cristiano —al fin y al cabo, la Encarnación— donde logremos entenderlo como respuesta a esta pregunta.
Deja una respuesta