Libet

abril 4, 2020 § 2 comentarios

Los experimentos de Benjamin Libet demostraron que nuestro cerebro toma una decisión unos milisegundos antes de que seamos conscientes de tomarla. Como si fuéramos los títeres de procesos bioquímicos —como si el yo fuera una simple reacción. Evidentemente, no parece que podamos hablar de libertad. Sin embargo, que concluyamos esto último depende de lo que entendamos por libertad. Pues fácilmente damos por descontado que uno es libre donde no se encuentra determinado por nada. Como si solo pudiéramos elegir en un estado de suspensión. Pero en ese caso, la elección sería arbitraria, esto es, sin ningún motivo que la impulsara. Difícilmente podríamos decir que la decisión es nuestra —que queremos lo elegido— si nos limitásemos a tirar una moneda al aire. Aquí más que de elección, tendríamos que hablar de selección. No obstante, los antiguos filósofos no hubieran dicho lo mismo. Y no porque creyeran que nada pudiera determinar su elección. Al contrario. La idea de un destino ocupaba, como quien dice, el lugar de nuestras sinapsis cerebrales, por no hablar del influjo de los dioses. Su libertad, más bien, consistía en un estar por encima de cuanto pudiera sucederles. Pues la libertad acaso resida en la diferencia que media entre el yo y su modo de ser, modo que, sin duda, podemos entender como resultado. Y es que el yo, una vez constituido, se separa, por decirlo así, de las condiciones que lo han hecho posible, incluso de cuanto le sucede o pueda sucederle. Es lo que tiene la reflexión sobre uno mismo.

§ 2 respuestas a Libet

  • Jordi Mateu dice:

    Parece ser que en estudios posteriores, aunque han confirmado este estudio, han averiguado que existe un componente cerebral que puede censurar y rechazar esta decisión tomada en milisegundos antes de ser conscientes de la decisión. Por lo que no estamos tan férreamente determinados como supone el estudio inicial.

  • josep cobo dice:

    Aquí la cuestión es cómo procede este “componente”. Pues no parece que se derive de una conciencia de ir a favor o en contra de la primera “decisión” cerebral, al menos porque los milisegundos es un lapso que no da mucho margen… Sea como sea, la libertad se constituye en otro plano.

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