Dios y Blancanieves
junio 6, 2021 § Deja un comentario
¿Dios puede decir de sí mismo que es Dios? No, en el caso de que se trate de un sujeto —de un yo. Con la creación de Adán, Dios devino un para sí —y por eso dejo de ser solo un principio, un arkhé. En este sentido, el hombre es el espejo de Dios. Sin embargo, ahí reside su fragilidad. Pues el espejo siempre te dirá que la más bella es otra. Tras el nacimiento de Adán, Dios es un Dios puesto en cuestión —un Dios que se arriesgó como Dios. Y ello por su voluntad —por la voluntad que es Dios. O por decirlo de otro modo, Dios no quiso ser sin el hombre —y, por extensión, no pudo. Estamos hablando, por tanto, de un Dios que se puso en manos del hombre para llegar a ser el que es. En lo más íntimo de Dios se halla la renuncia a ser un dios. Pues un Dios pendiente de confirmación es un Dios que se interroga por su quién —aunque en cristiano, dejase de hacerlo en el Gólgota.
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