apocalípticos e integrados
julio 15, 2021 § Deja un comentario
Jesús, como es sabido, fue un profeta apocalíptico. Su mensaje fue, al fin y al cabo, simple: el juicio de Dios es inminente y los hombres tendrán una última oportunidad si acogen el perdón del enviado (y obran en consecuencia). No parece, sin embargo, que podamos esperar sensatamente la fanfarria de los ángeles. El género ya nos resulta extraño. El fin del mundo, de haberlo, es a lo sumo un límite asintótico. Largo me lo fiáis. De ahí la irrelevancia actual de la predicación del Jesús que andó por Galilea. Con todo, acaso la pregunta no sea si el mito de un final de los tiempos es verdadero, sino para quién puede aún valer esta esperanza. No, evidentemente, para aquellos que confiamos en las ofertas del mundo. De hecho, solo los deshauciados son capaces de invocar a un Dios capaz de provocar un reset de dimensiones cósmicas. Únicamente ellos pueden seguir siendo apocalípticos, aunque sin el apoyo de un mito creíble. Ahora bien, es posible que la genuina esperanza siempre apuntase a lo increíble. Pues Dios nunca fue una posibilidad del mundo.
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