adorable
diciembre 16, 2021 § Deja un comentario
Es cierto que vivimos entre sombras. Tratamos con lo que es tal y como nos viene, esto es, como cosa. Y al hacerlo, inevitablemente perdemos de vista su carácter excepcional: el que sea algo en medio de la nada. Lo que provoca nuestro asombro —lo ab-suelto de cualquier juicio que pretenda dar con su quiditas— no acaba de incorporarse en el día a día. Pues el mundo nos pide, sobre todo, comer. Y comer a diario. De ahí que cuanto provoca nuestro estupor tan solo pueda ser adorado. En este sentido, podríamos decir que la experiencia de lo sagrado es anterior incluso a la experiencia de hallarse bajo el dominio de un dios.
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