de la realidad y la aparición
diciembre 17, 2021 § Deja un comentario
Aparición es irrupción. O también, interrupción. Nada más real que cuanto se resite al dominio —nada más real que un dios. Su alteridad se presenta como lo nuevo o, literalmente, extraordinario que altera la continuidad de los días. Por eso no puede durar sin petrificarse. De ahí que el otro —la mujer para el hombre y viceversa— quiebre, como el cuerpo de un ángel, el perímetro de seguridad en el habitamos. Y aquí conviene tener en cuenta que no todo ángel es luz. Hay algo que cojea en la sentencia que equipara ser y permanecer. A menos que permanecer signifique fuera del presente. O lo que es lo mismo, eternidad. Contra los delirios de Nietzsche, quizá la muerte de Dios, aunque fuese inevitable, haya dado paso, antes que a un superman, a una humanidad gris. Ciertamente, no podemos dejar de ir en busca de lo nuevo. Pero en su lugar, tan solo la novedad.
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