razones para el bien
diciembre 27, 2021 § Deja un comentario
Quizá sea absurdo preguntarse por las razones del bien moral… como quien busca unos argumentos que tuviéramos que aceptar como aceptamos una demostración a la matemática. De hecho, cualquier derivación lógica parte de lo que se acepta sin más, del axioma. Y aquí el axioma sería lo que el sujeto es, en tanto que, precisamente, sujeto al bien. Pues la exigencia del bien —de lo sin tara— constituye el para sí de la subjetividad. Todo comienza, de hecho, con la crítica de la inclinación: no todo cuanto me gusta es bueno. De este modo, el bien se presenta como el horizonte asintótico de la existencia. Al fin y al cabo, somos esos cuerpos que estan obligados a decirse a sí mismos que lo mejor aún está por realizar. Preguntarse por las razones del bien sería, por tanto, como preguntarse por qué lo mejor es lo mejor. No hay un último porqué para la tautología. Con respecto a este asunto y como viera Kant, el único argumento es el trascendental, aquel que se interroga por las condiciones formales de posibilidad del dato indiscutible, en nuestro caso, el hecho de que distinguimos entre el bien y el mal. Otro tema es cómo se determina la integridad, bajo qué mandatos en concreto. Pero lo que no que se cuestiona es que la libertad que proporciona el ser de una pieza es preferible a ir de oca en oca (y tiro porque me toca). Y es que esta preferencia —este juicio— es lo que, en definitiva, somos.
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