equivalencias
febrero 6, 2022 § 1 comentario
Si estar ante Dios, cristianamente, es lo mismo que estar ante el que fue crucificado en su nombre, entonces no parece que quepa amar a Dios —y quien dice amar, dice entregarse— al margen de los crucificados con los que el crucificado se identifica. Y esto es así, aun cuando sea cierto que el cristianismo ha sobrevivido históricamente como si esto no fuera así.
«Solo un ateo puede ser un buen cristiano», escribe Ernst Bloch.