cuerpo y sentido
mayo 24, 2022 § Deja un comentario
Casi da igual la creencia que nos proporciona un encaje en este mundo —un hacia dónde. Para esto están, precisamente, las creencias. La cuestión, sin embargo, es que tienen qué decirnos los muertos, esos desencajados, aquellos que a causa de nuestra injusticia ya no tienen vida por delante (y por eso mismo, ya no puede seguir suponiendo). ¿Qué han visto ellos —si es que han visto algo— que nosotros aún no hemos visto (y quizá no veremos nunca)? En definitiva, la pregunta es si hay vida más allá de la muerte en vida. ¿Qué puede esperar el barbero de Auschwitz después de rasurar a sus hijos antes de que entraran en las duchas… sin que tuviera el valor de acompañarlos? La respuesta cristiana es que no la hay por defecto. Más bien, por defecto lo que hay es el sheol, un territorio de fantasmas. Si hay vida más allá es porque hubo quien volvió con vida de la muerte —y una vida nueva que, con todo, conserva los estigmas de la cruz. Se trata de la vida que ofrecen como perdón a sus verdugos, un perdón que no es solo del hombre, aunque tampoco solo de un dios que permanece en las alturas. Para los resucitados el sentido no es una hipótesis: es su cuerpo (y un cuerpo que, estrictamente, no es suyo, sino el del Dios que quiso no ser nadie sin ese cuerpo).
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