Mediterráneo
julio 1, 2022 § Deja un comentario
Un autor no llega a ser un autor hasta que no encuentra a un buen lector. Pues un autor no termina de saber lo que dice hasta que no se lo dice un buen lector. Es el buen lector el que le permite a un autor leerse a sí mismo. El buen lector encuentra lo, literalmente, conmovedor de una obra —y hay pocas que conmuevan—. Un autor díficilmente llega a conmoverse con lo que lleva pegado a la piel desde que fue engendrado, a la manera de los viejos profetas. O mejor dicho, de conmoverse con el hallazgo, en el fondo lingüístico, la conmoción dura poco. Pues le parecerá, al fin y al cabo, obvio. De hecho, muchos de los escritores que se emocionan con su obra no hacen mucho más que descubrir mediterráneos.
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