en breve
julio 17, 2022 § Deja un comentario
Que en verdad Dios se identifique con los nadie es un modo de decir que Dios no es nadie. O mejor dicho, nadie aún. De ahí que cuando nos dirigimos a Dios lo que deberíamos escuchar, más bien, es una interrogación (y no precisamente pronunciada con voz espectral): ¿y tú quién dices que soy yo? Pues de la respuesta dependerá —pues Dios así lo quiso— el ser o no ser de Dios. Desde la óptica bíblica, andamos lejos, por tanto, del dios que se da religiosamente por descontado.
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