pertenencia o autosuficiencia
julio 27, 2022 § Deja un comentario
Occidente ha estado marcado por dos figuras, la del sabio y la del santo (o lo que viene a ser lo mismo, por dos ciudades: Atenas y Jerusalén). El sabio se caracteriza por su autosuficiencia —por un estar por encima de cuanto (le) sucede. Así, todo desde una cierta distancia (y de ahí su ironía). En cambio, el sentimiento fundamental del santo es el de pertenecer a un otro. Su dependencia es como la del hijo con respecto al padre (y de ahí que su actitud básica sea el de la obediencia, la fidelidad, la misión). Evidentemente, hoy sintonizamos con el sabio. Pues entendemos que hay más libertad en el sabio que en el santo.¿Acaso el envés de la obediencia incondicional a un Padre no fue el Holocausto? Se dirá que el santo depende de un padre bueno, no del heraldo de Ha-Satán. Pero donde creemos en un Dios que es solo bondad, ¿no estamos sustituyendo a Dios por nuestra fe en la bondad?
Sin embargo, la perspectiva cambia donde caemos en la cuenta de que el santo no obedece a voces espectrales, a la manera de un esquizoide, sino a aquel que soporto sobre su espalda, precisamente, el peso de un Dios en falta (y por eso mismo ocupó el lugar de Dios). Dicho de otro modo, su obediencia es, antes que nada, seguimiento. Porque, en definitiva, no hay ningun lugar donde reposar. De hecho, el santo depende de aquellos cuerpos que nadie quiere a causa de su lepra. Como si fueran el cuerpo de Dios. Y esto nada tiene que ver con el fanatismo.
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